Introducción
Universidad Nacional Autónoma de México (2018) expone que a lo largo de 4000 años, entre 2500 a.C. y 1521 d.C., florecieron en el territorio de la actual Centroamérica, en ambientes geográficos diversos selváticos, semidesérticos, planicies, altiplanos, culturas como la olmeca, teotihuacana, maya, zapoteca, mixteca, tolteca, tarasca y la mexica.
Imaginario (2020) también indica que por encima de la diversidad de las distintas áreas culturales y regiones, las naciones y las lenguas en el área cultural mesoamericana se aprecia la unidad: algunos rasgos comunes de esta civilización es su cosmovisión, el uso del calendario; así como su panteón de deidades del maíz, de la lluvia y el viento, las formas de alimentarse, las pirámides, la escritura y las prácticas rituales como el juego de la pelota.
Gran parte del legado cultural sigue presente en la Centroamérica actual y esto a pesar de la destrucción provocada por la conquista y colonización española; existe una continuidad histórica entre los pueblos originarios antiguos y el actual. Asimismo conocer la civilización mesoamericana es una forma de descubrir y recuperar nuestras raíces.
Universidad Nacional Autónoma de México (2018) expone que la creación artística en Mesoamérica solamente se puede entender en el contexto social y ritual. Las obras de arte y artesanías representan siempre a las divinidades, a los acontecimientos de los mitos y a los aspectos más relevantes de la vida cotidiana de los pueblos. Las representaciones plásticas y pictóricas siempre se relacionaban íntimamente con los espacios culturales y la producción de arte estaba totalmente subordinada a contenidos y finalidades específicas. La civilización mesoamericana destacó en el desarrollo de obras arquitectónicas, escultóricas, cerámicas y pictóricas. También tuvieron cierto desarrollo la orfebrería, la cestería y el arte plumario.
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