Introducción
García, E. (2018) explica que el siglo XX se caracterizó por un desenfreno por lo novedoso y experimental, las renovaciones formales, producto de los cambios de la realidad de cada momento, producía también cambios en el lenguaje artístico. Así surgieron ismos como: el futurismo, el expresionismo, el abstraccionismo, el surrealismo, el cubismo, el expresionismo abstracto, la nueva figuración, el arte conceptual, el pop art, el arte pobre, el constructivismo, el neoplasticismo, el hiperrealismo, el suprematismo, el dadaísmo, etc.
Según el artículo de la revista digital Ayuntamiento de las Palmas de Gran Canaria, El término "ismos" se utiliza para denominar cualquiera de las tendencias o escuelas artísticas contemporáneas cuyas características diferencian unas de otras. Surgió a partir de la primera década de 1900, contra una corriente envejecida. El sufijo ismo surge para hacer referencia a las tendencias filosóficas, artísticas, musicales y literarias del momento. Los ismos son movimientos creativos que se caracterizan por ser innovadores y experimentales. Como se puede ver, todos los ismos adquieren el sufijo para poder crear los nombres de las corrientes.
Algunos ismos los definen los artistas y posteriormente los historiadores se encargan de aunar otros tantos artistas. Algunos forman parte de corrientes o movimientos muy amplios y hay otros que se extienden más allá del arte. Los ismos no son categorías cerradas, sino flexibles y abiertas ya que hay artistas que se mueven entre las generalidades y los detalles.
Solo a partir del siglo XIX comenzaron muchos artistas a agruparse dentro de los ismos para definirse dentro de un grupo concreto, el Vanguardismo. En el siglo XXI la tendencia continúa, aunque ahora los artistas son más reacios a adscribirse a un ismo, por el temor a que sucumba con facilidad al paso del tiempo.
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