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Expresiones artísticas de la colonia

Arquitectura colonial

Según Santizo (2007) en la época colonial, a la Iglesia se le otorga un amplio poder y debido a esto se tiene la adquisición de muchos fondos económicos para edificar templos. En las poblaciones más lejanas se utilizaron centenares de nativos en la edificación de estas obras. En el momento de la conquista, la arquitectura fue impuesta por necesidades perentorias que obligan a estar bajo techo. Poco tiempo después se empezaron a construir estructuras formales para las iglesias.

El tipo más cómodo de iglesias eran las iglesias escenarios. Había otro modelo de iglesia más sencilla que estaba cubierta en la parte de atrás. Estas últimas no son originarias de América sino que de la época media de los árabes. Las catedrales eran distintas de las iglesias, tenían atrios menores. Las catedrales tenían tres naves y las iglesias solo una. Entre los personajes que sobresalieron en la arquitectura están. Juan Pascual, José de Porres, Diego de Porres. A éste último se le atribuye la construcción de la iglesia de la Recolección de la Antigua. Entre otros se encuentra don José Manuel Ramírez, autor de la construcción de la Universidad de San Carlos en la Antigua Guatemala y del Colegio Tridentino.

También Santizo (2007) expone que la arquitectura se distingue también la Iglesia de la Merced, cuya bellísima fachada, está adornada con cuidadosos bajorrelieves, y en la parte superior tiene una imagen de la virgen de las Mercedes, a la par están las ruinas del Convento, con una bella fuente colonial. Entre otras se tiene las ruinas de San Francisco, Santa Clara, La Recolección, la Escuela de Cristo, Capuchinas. Sobresale también el Palacio de los Capitanes Generales de Guatemala, que se encuentra impreso en el billete de un Quetzal. En cuanto a la vida civil, los estilos que más sobresalieron fueron los siguientes: Renacimiento español, Barroco y Plateresco. Se estima que el arte románico-gótico se dio en menor escala: el barroco y el renacentista en buena escala. “En las iglesias figuraban altares bien elaborados; sillerías de coro, púlpitos y ornamentaciones que hoy nos parecen excesivas, llamada Churrigueresca.


Escultura colonial

Según Santizo (2007) este arte de la escultura del periodo hispánico se conoce también como imaginería o estatuaria y se identifica con la iconoclastia, que se refiere al arte de construir imágenes se identifica que en la época colonial o hispánica se utilizaron diversos materiales para su elaboración, como: alabastro, cuero, collage, estucado, marfil, madera, tallada y de vestir: con goznes y bastidor, tela rellena de tusa de maíz, cola y la terracota., al ejecutar esta labor el tallador utilizó hierros de correr moldeduras, cepillos redondos y cuadrados para desgastar la madera.

El arte de la escultura estuvo unido a la arquitectura en la época colonial, en virtud de los materiales, que normalmente constituyeron eran los mismos, como: La madera, piedra, metal, arcilla. Debido a esta afinidad de materiales, las construcciones, especialmente de la iglesia de la época estaban acompañadas de esculturas, frisos, relieves y estatuas completas, que van surgiendo en las paredes o de las columnas.



Pintura colonial

Santizo (2007) expone que la pintura colonial, es muy poca la que se conserva, debido a las fenómenos telúricos, como al deterioro, que con el devenir del tiempo, va afectando a los lienzos, como a la madera, que normalmente son los soportes más comunes de las pinturas y los muros; donde estaban grandes pinturas murales que lograron quedar en pie al resistir los terremotos. El escaso número de pinturas de la época colonial que han perdurado hasta los días presentes, se les ha considerado como subjetivas. Después de la escultura, la pintura ocupa el segundo lugar.

La pintura fue utilizada para retratos y especialmente en grandes lienzos, para decorar muros de iglesias y edificios públicos, como privados. En lo que se refiere a las artes del color se destacan dos manifestaciones el grabado y la pintura. Esta técnica, cumple la función difusora de las imágenes que se elaboran en Europa durante la época en mención. El pensamiento religioso de la época demandaba la existencia de gran variedad de santos que seguían en jerarquía a los modelos planteados por la iglesia. Los modelos fueron retomados por artistas locales que los recreaban adaptándolos a las particulares necesidades de expresión.

La pintura colonial, con relación al mural, se conservan restos en las ruinas del convento de San Francisco de Antigua y en la iglesia de San Francisco El Alto, Totonicapán, tuvieron una similitud con las composiciones mexicanas de grabados y con marcos de motivos decorativos renacentistas que normalmente datan a partir de la segunda mitad del siglo XVI, las escenas de la vida del Bautista del retablo mayor de la iglesia de San Juan del Obispo, el retablo dedicado a San Sebastián de la misma iglesia , o las pinturas del algunos retablos de la iglesia parroquial de Chichicastenango.



La platería colonial

Según Santizo (2007) la plata se utilizó para elaborar muchos objetos de uso doméstico y litúrgico, a veces embellecidos con piedras preciosas. Muchos objetos de plata presentan pequeñas marcas que identifican a la ciudad donde fue elaborada y algunas veces al artesano, con lo cual es posible determinar con certeza su origen.

La plata también fue utilizada por los miembros de las cofradías, grupos religiosos conformados por hombres y mujeres que se encargaban de la custodia de imágenes específicas. Una de las manifestaciones más espectaculares de la platería colonial se encuentra en las imágenes vestidas de plata, como el Arcángel San Miguel.

Uno de los rasgos distintivos de la imaginería guatemalteca fue el estofado, utilizado para replicar los brocados utilizados en la época. El estofado consistía en una lámina de oro que revestía las imágenes, sobre la cual se pintaban diferentes diseños. Un magnífico ejemplo se encuentra en la imagen de Nuestra Señora de los Dolores con manos y cara de alabastro, así como las de San Juan y María Magdalena, cuyos rostros, pies y manos son de marfil importado de las islas Filipinas.

Cerámica mayólica 

Se denomina mayólica a la cerámica vidriada de color blanco, manufacturada a base de estaño, a la cual se le añaden otros colores, en la segunda cocción. Según Santizo (2007) en Guatemala se sabe que se hizo cerámica de este tipo en San Miguel Totonicapán, Santiago de Guatemala y en la Nueva Guatemala de la Asunción, luego del traslado de la ciudad del valle de Panchoy al de la Ermita en 1776. A mediados del siglo XVI se tienen noticias de los primeros alfareros que vinieron de España, sin embargo a partir del siglo XVII comenzó un gran auge de fabricantes ya oriundos de Guatemala, situación que continúa a lo largo de los siglos XVIII, XIX y principios del XX.


Retablos coloniales

Según Santizo (2007) los retablos están constituidos esencialmente por elementos arquitectónicos, como columnas y entablamentos, los cuales creaban espacios destinados a contener pinturas y esculturas. En Guatemala se manufacturaron exclusivamente en madera, preferentemente cedro, muchas veces recubierta con lámina de oro. Además de enriquecer los muros internos del templo y de constituir el principal elemento del mobiliario eclesiástico, tienen como función primordial narrar de un modo gráfico, los principales pasajes de la historia y la vida de los santos, o algún otro tema religioso.

También han sido considerados como propios del arte mestizo los usos dados a los espacios, impuestos por las necesidades de la evangelización de una elevada población indígena. Este sería el caso de las capillas de indios o las capillas posas. En estos ejemplos se ha valorado como un elemento clave la aportación indígena derivada del hábito de asistir a las ceremonias en grandes espacios abiertos en lugar de en lugares cerrados como las iglesias cristianas.




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