Como explica Santizo (2007) los elementos más influyentes del arte colonial guatemalteco fueron entre muchos: el político, sometimiento a la autoridad española, religioso, con una nueva fe que tenía que ser enseñada por los misioneros e impuesta por los conquistadores, el social, reduciendo a los nativos según su organización a esclavos y a encomiendas, lo étnico, que tenía que ver con la naturaleza de racismo y discriminación, así como el económico, que no permitía que el nativo tuviese derechos económicos y derechos jurídicos. Uno de los factores o elementos que se constituyen en factores del arte colonial es el estilo artístico adoptado que era lo que estaba vigente en esa época en España.
El comienzo de la producción escultórica en Guatemala no fue diferente de lo que ocurría en el resto de los territorios hispanoamericanos. Con la llegada de los ibéricos, se inició la creación de asentamientos y con ellos la necesidad por parte del clero de imágenes para las tareas evangelizadoras. Estas provinieron inicialmente de talleres españoles pero también del resto de Europa, aunque ya desde los inicios se conoce la creación de imágenes por artífices llegados de España. Con el tiempo, los escultores procedentes de la metrópoli, organizaron el trabajo siguiendo el sistema gremial existente en España. La incorporación de artesanos indígenas a las distintas artes, fue paulatina, y con ellos se introdujeron las influencias nativas y precolombinas en las distintas artes. Esta influencia se observa con claridad en la exuberante decoración que en el periodo barroco, recubrió los retablos de los templos.
La escultura no se destinó exclusivamente a los edificios religiosos, ya fuera en la creación de imágenes, la decoración de retablos, la escultura funeraria o la construcción de las fachadas. Aunque en menor medida también decoró las fachadas de los edificios civiles y se usó en la construcción de arquitecturas efímeras destinadas a la conmemoración de fechas concretas.
El principal centro escultórico fue la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala sin que se tenga noticias de los talleres que debieron existir en el resto del territorio de la Real Audiencia, con la excepción de los que, a finales del siglo xviii, se instalaron en Nueva Guatemala. Esta podría ser una de las razones que explicarían la semejanza de muchas de las imágenes que podemos contemplar en la actualidad a lo largo del territorio.
En los primeros años de la colonia las obras que se importaban o que realizaban los talleres locales muestran diversas influencias estilísticas. Así junto a esculturas que muestran las características del primer Renacimiento se encuentran obras que mantienen características del final del gótico, tales como los crucificados dolorosos, y otras que acusan un fuerte arcaísmo: Esculturas de bloque de composición frontal en las que apenas destacan manos y brazos. Este fenómeno de coexistencia de estilos va a mantenerse a lo largo del tiempo.
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