Según Imaginario A. (s.f.) las principales características del Barroco son:
- Dinamismo y tensión: no se busca el reposo, sino que, por el contrario, se establecen tensiones entre las formas, los sonidos, las palabras o los conceptos.
- Representación de pasiones y temperamentos interiores: opta más bien por la representación de las pasiones y los temperamentos interiores, tanto lo que respecta a cada personaje como al conjunto de la obra.
- Búsqueda del contraste: en las diferentes disciplinas artísticas, el barroco revela un gusto por el contraste, que en las artes plásticas se expresa por medio del claroscuro.
- Sustitución de lo absoluto por lo relativo: lo absoluto cede su lugar a la relatividad, en consonancia con una época que carecía de seguridades filosóficas, teológicas y culturales.
- Centros múltiples: el arte barroco destacó por dejar de lado la idea de una obra con un solo centro de interés (por ejemplo, en pintura el punto de fuga único) para recurrir a los centros múltiples.
- Efecto incompleto o inconexo: el barroco promovió, en consecuencia, el efecto de inconexión o de obra abierta o incompleta, a diferencia del Renacimiento que cerraba el universo de la obra en sí misma.
- Pesimismo y desengaño: a diferencia del Renacimiento, en el barroco domina un pensamiento pesimista y/o desengañado, como respuesta a la crisis histórica que estaban viviendo.
- Temas: Se siguieron cultivando los temas de historia, religión y mitología, aunque prefirieron las escenas de mayor dramatismo y conmoción. También fueron frecuentes la alusión a la fugacidad del tiempo y el desencanto del mundo, así como las costumbres y vida cotidiana, incluida la realidad social.
La vocación de San Mateo, Caravaggio, (1601)
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