Introducción
Según Matías (2019) el arte colonial Guatemalteco surge, gracias a la constante relación de los pobladores del entonces nuevo continente con aquellos provenientes del continente europeo, esto propició los intercambios artísticos culturales, abriendo así una nueva posibilidad de desarrollo artístico de la sociedad, lo que se ve reflejado en los avances de las bellas artes de la época, en la implementación, perfeccionamiento e interpretación de la escultura, arquitectura y pintura, incluso en la creación de talleres con artistas nacionales.
Según Gallo (1979), la escultura colonial en Guatemala conformo una de las expresiones más importantes durante la época colonial esta era realizada en los territorios del Reino de Guatemala, perteneciente al Virreinato de Nueva España, desde los albores de la colonización española hasta la independencia de dichos territorios (en un período que está comprendido entre la tercera década del siglo xvi y la segunda década del xix). La escultura guatemalteca alcanzó en el siglo XVIII un nivel de calidad tal, que la hizo famosa en todo el Virreinato, llegando a proveer de imágenes a las ciudades del sur de México. Creó una escuela equiparable a las de los otros grandes centros escultóricos americanos como fueron el peruano y el quiteño.
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